
3 días en Aragón y un viaje en coche de Zaragoza a Teruel
Tu radar viajero te ha marcado Aragón como destino. El cuerpo te pide, además, un poco de todo: asfalto, cultura, carretera, rural y gastronomía. ¿Un imposible? Para nada. Tres días de Zaragoza a Teruel en coche son la prueba de que puedes tenerlo todo.
Día 1: Zaragoza
Es la ciudad del Ebro, de las Fiestas del Pilar, del cierzo inclemente cuando sopla, de las tapas en El Tubo, de los murales del Festival Asalto, del puente que Zaha Hadid diseñó para la Expo 2008 o de detenerse a ver el atardecer desde otro, el de Piedra, con vistas a la Basílica del Pilar.
De hecho, la Basílica del Pilar debería ser tu primera visita porque si su exterior asombra, su interior no se queda atrás. ¿Cómo no va a hacerlo si sus frescos son de Goya o si tiene una torre-mirador desde la que divisar Zaragoza?
No nos extrañaría que quisieras quedarte ahí arriba toda la vida, pero la ciudad reclama tu presencia. Todavía no has pasado por la Aljafería, un palacio de recreo de los reyes musulmanes que en la actualidad acoge Las Cortes de Aragón y deslumbra por su arte mudéjar.
El descanso del viajero lo encontrarás en el Sercotel Plaza Feria, perfecto para quienes se desplazan hasta la ciudad en coche gracias a su parking gratuito y a que cuenta con punto de carga para coches eléctricos.
Día 2: de Zaragoza a Teruel
Por su ubicación, bien comunicado con la A-23 por la que circularás hasta tu destino, se nos ocurren pocos puntos de partida mejores para este viaje que el Sercotel Plaza Feria. Te separan apenas dos horas de Teruel, la distancia perfecta para hacer caso a quienes dicen que lo importante no es el destino, sino el viaje.
Son muchos los pueblos que te pedirán a gritos que te desvíes. Te gustará parar en Daroca y descubrir su encanto medieval. Su muralla nos cuenta que fue frontera entre reinos. Recorrerla e ir descubriendo sus grandiosos torreones y sus soberbias puertas es uno de los ‘must’ en cualquier visita. Llega hasta el castillo para maravillarte con las vistas y comprender que el esplendor de otra época se sigue sintiendo en las casas señoriales y templos religiosos repartidos por sus calles.

Albarracín, con sus casas de color rojizo, con sus callecitas y lo imponente de su muralla encaramándose a la montaña, será otra de esas paradas que agradecerás no haberte perdido. Construido sobre una roca en un meandro del río Guadalaviar, pregunta por la ruta que recorre este curso de agua. Belleza para el recuerdo antes de que Teruel te maraville con la suya.
Día 3: Teruel
Cuando amanezcas en Teruel, lo harás en el Sercotel Torico Plaza, en pleno casco histórico. No, no es una exageración. Son hechos: a tan solo un minuto andando encontrarás, por ejemplo, su famoso Torico. Si no nos crees, abre la ventana.
Sal, sal a pasear y déjate sorprender por la fuerte presencia del arte mudéjar aquí y allá. Prueba de ello son las torres de San Martín, San Pedro y el Salvador; y, por supuesto, la de su catedral. El conjunto ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad.

Es probable que a estas alturas te estés preguntando por Diego de Marcilla e Isabel de Segura. Bueno, quizá por ellos, no; pero sí por su historia, la de los Amantes de Teruel. Dirígete al Mausoleo de los Amantes, lugar en el que están enterrados. También es probable que, entre tanto caminar, quieras descansar. Recuerda, estamos en el centro: vuelve al Sercotel Torico Plaza que tu habitación ya está lista.
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