platos de cuchara

4 destinos en 4 platos de cuchara para este invierno  

Mucho criticamos al invierno, y al frío que nos trae, para lo bien que nos trata gastronómicamente hablando. Y es que, no lo vamos a negar, nos gustan los platos de cuchara. Nos gusta, además, probarlos en sus lugares de origen. Por eso, recorremos todo el país para disfrutar de cuatro pucheros que querríamos comer siempre:  

1. Escudella catalana 

Escudella es el nombre abreviado por el que se conoce a la Escudella i carn d’olla, la propuesta gastronómica más deseada cuando el invierno asoma por Cataluña. Se diferencia de otros platos de cuchara en que aquí la sopa la protagoniza la pasta con forma de caracola (galets) y que, además de un plato con legumbres (normalmente garbanzos) y diferentes tipos de carne, se sirve también una pilota de carne alargada. 

Son muchos los restaurantes de Barcelona que la incorporan a sus cartas cuando llega el frío, pero si tuviéramos que quedarnos con uno nos decantaríamos por Ca l’Estevet que la prepara con galet grande, una pilota bien equilibrada en los ingredientes que la componen; por supuesto, su butifarra negra, y que no falten el resto de carnes (tocino, morro, oreja de cerdo, jarrete de ternera, gallina y pies).  

2. Fabada asturiana 

Es el plato estrella de la gastronomía del Principado. No nos extraña, la textura cremosa de las fabes asturianas al deshacerse en la boca, el calor de un caldo sabroso que no solo calienta el cuerpo sino también el ánimo, y la contundencia y la alegría que le dan el chorizo, el lacón, pero sobre todo la morcilla, hacen de la fabada asturiana un plato para el recuerdo.  

Es más que probable que puedas localizarla en la carta de cualquier restaurante, pero si nos preguntas te diremos que nos gusta la que preparan en Casa Chema. Situado a 15 minutos en coche a las afueras de Oviedo, este establecimiento ha ganado dos veces el concurso de la Mejor Fabada del Mundo (2011 y 2017).  

3. Cocido madrileño 

El cocido madrileño es ese delicioso plato de cuchara que, cuando llegan los meses de frío, logra robarle algo de protagonismo al bocata de calamares que los viajeros desean probar en su visita a Madrid. No entraremos en debates sobre número de vuelcos pertinentes, modus operandi de su preparación y qué ingredientes sí y cuáles no.  

Eso, lo dejamos a los expertos en su elaboración y puedes encontrar a algunos de los mejores en la Taberna La Bola y en el restaurante Malacatín. Establecimientos centenarios, no es solo que atesoren Historia e historias en sus salones y mesas, es que llevan más de un siglo cocinando este manjar a fuego lento, sus recetas provienen de otro tiempo y siguen usando muchos de los procedimientos de entonces.  

4. caldo gallego 

El caldo gallego tiene la capacidad de hacer que tu cuerpo recupere la temperatura perdida tras un día lidiando con el frío húmedo y la lluvia de esta región. Y sí, como en cualquier receta de este tipo, son muchas las variables y, según se vaya de una zona a otra, habrá quien diga que le pone esto o aquello. Sin embargo, la primigenia, la que empezó a hacerse en las casas más humildes con aquello que les daba su pequeña huerta, consta de patata, judía, grelos y algo de unto de cerdo. Con el paso del tiempo, hay quien le fue añadiendo carne.  

Resulta fácil encontrar un restaurante o taberna donde lo preparen a fuego lento y con el cariño que se merece. Si el hambre te entra estando por Vigo, prueba a visitar el Mesón Churrasco O Rincón. 

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