9 cosas que hacer en un viaje a Toledo / Foto de Alexander Awerin

9 cosas que hacer en un viaje a Toledo

A Toledo uno llega atraído por eso de “la ciudad de las tres culturas” y acaba quedándose por la impresión que genera tomar la calle Chapinería y desembocar ante la Puerta del Reloj de la Catedral, por el sabor de un mazapán que pide ser comido a gritos, por la belleza del Tajo fluyendo a sus pies o lo pintoresco de unos escaparates habituados a lucir espadas y armaduras. Si enamoró a El Greco, a Bécquer y a Paco de Lucía, ¿cómo no va a conquistarte a ti? Aquí un puñado de motivos que te harán caer rendido a sus pies.

Visitar la Santa Iglesia Catedral Primada de Toledo

Porque no, haberla visto en el videoclip de Ateo (C Tangana con Nathy Peluso) no cuenta como visita. ¿Cómo va a contar? No puede hacerlo porque no es lo mismo pasear por un templo que empezó a gestarse allá por 1226, recorrer sus cinco naves, maravillarse ante su prodigioso gótico y descubrir, entre otras cosas, que la Sacristía es un auténtico museo que alberga joyas como El Expolio, del Greco, que intuirlo a través de una pantalla. Creerás haberte sentido pequeño y confirmarás que así ha sido cuando contemples su envergadura desde la Plaza del Ayuntamiento. 

Encontrarse con la Plaza de Zocodover

Festejos, ejecuciones, autos de fe, mercados, corridas de toros… Es la plaza en la que todo pasaba. Y bueno, en la que todo sigue pasando. Punto de encuentro de visitas turísticas y punto de partida para recorrer el resto de la ciudad. En uno de sus laterales, conviene admirar el Arco de la Sangre, atravesarlo y llegar hasta el monumento a Cervantes. Fotografía de rigor. Si dejas atrás Zocodover siguiendo la calle Armas, llegarás hasta “el miradero”, el mirador por excelencia de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Entrar al Alcázar y recorrer el Museo del Ejército

Es uno de los edificios más característicos del perfil de la ciudad. Luce imponente sobre una de las colinas de Toledo. Señorial por fuera, soberbio y cargado de historias por dentro. Sus cimientos han sufrido incendios, asedios y bombardeos y sus dependencias fueron hogar de reyes y acogieron instituciones como la Escuela de Traductores de Alfonso X y la Fábrica de sedas y telares. En la actualidad, alberga el Museo del Ejército.

Alcázar de Toledo / Foto de Pablo  Penades
Alcázar de Toledo / Foto de Pablo Penades

Declarar tu amor incondicional al arte del Greco

Hacerlo será sencillo. Te bastará con contemplar El Entierro del Señor de Orgaz en la Iglesia de Santo Tomé. La creciente curiosidad que se despierte en ti podrás saciarla en el Museo del Greco, donde las piezas reunidas hablan de su vida, de su obra y de cómo influyó en la ciudad de Toledo de principios del siglo XVII. Entre las pinturas que cuelgan de sus paredes encontramos la serie del Apostolado, la Vista y plano de Toledo y las Lágrimas de San Pedro.

Intuir el cruce de culturas que se vivió en Toledo al visitar la Mezquita Cristo de la Luz

Es el monumento más antiguo de la ciudad, así que en un viaje a Toledo tienes que visitarlo. Vio la luz en el año 999 y, fruto de la miscelánea de culturas, ha terminado siendo un importante exponente de la arquitectura hispano-musulmana y mudéjar en España. Y es que a la mezquita que fue en sus orígenes, se le añadió un ábside dos siglos después al ser transformada en iglesia. Es pequeña en dimensiones, pero no necesita más. Su reducido tamaño no ha impedido que guarde semejanzas con la mezquita de Córdoba si tenemos en cuenta que elementos como las bóvedas, arcos de herradura con peralte, arquerías… están claramente inspirados en ella.

Conocer algo más del paso de los judíos por España en las sinagogas del Tránsito y la de Santa María La Blanca

La primera puede presumir de ser una bella sinagoga medieval que acoge en su interior el Museo Sefardí. Visitarlo supone aprender sobre la historia de los judíos en nuestro país, desde su llegada en la época romana hasta la actualidad. La segunda fue en su día la Sinagoga Mayor de Toledo y, a día de hoy, es un ejemplo del arte almohade en España, además de incrementar con su presencia la belleza de la judería. Probablemente, te suenen sus columnas blancas de haberlas visto en más de una imagen.

Hacer la foto de la que todo el mundo habla

La Oficina de Congresos y Convention Bureau de Japón (Yakei), en colaboración de la Oficina de Turismo de Japón de Turespaña, dictaminó que la panorámica nocturna de Toledo es la más bonita del mundo. Que tú te la lleves de recuerdo es tan sencillo como salir de la ciudad por el Puente de Alcántara y dirigirte hacia el Mirador del Valle dando un agradable paseo.

Mirador del Valle en Toledo / Foto de Mary Locuaz
Mirador del Valle en Toledo / Foto de Mary Locuaz

Probar la gastronomía típica de la ciudad

Saborear la gastronomía de Toledo sabiendo que hay ciertos imprescindibles que tienen que figurar en tu lista de visitados: taberna El Embrujo, para probar su cazuelita de venado en salsa; el bar Jacaranda y sus décadas de experiencia deleitando al personal a base de, entre otras cosas, tablas de patés caseros y queso; la Malquerida, ese bar campamento base que conviene tener ubicado en cualquier viaje porque lo mismo desayunas, que tapeas, comes o cenas y todo con un denominador común: que cualquier opción es garantía de éxito; y, por supuesto, los mazapanes del obrador de Santo Tomé.

Tomar una copa en una antigua iglesia

Y también ver una exposición, echarse unos bailes o, incluso, echarse unos bailes mientras ves una exposición. Eso es lo que puede ocurrir al traspasar el umbral de la iglesia de San Vicente. En pie desde la época de Alfonso VI (siglo XI) y desacralizada desde 1842, en la actualidad esta construcción es la sede del Círculo de Arte de Toledo y en ella se venera a la cultura y al ocio en todas sus formas de expresión.









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