Las Palmas de Gran Canaria de playa en playa

Las Palmas de Gran Canaria es ciudad de playas en las que apetece hacerse fuerte. Puede ser por lo cristalino de sus aguas, porque esconden fondos submarinos con bailes de colores; por una arena sobre la que perder la noción del tiempo o por unos servicios y opciones de ocio que siempre viene bien tener en el radar. Te contamos cuáles son nuestras imprescindibles y por qué ir:  

La Laja, perfecta para ver amanecer 

A esta playa, la encontrarás en la entrada sudeste de la ciudad, desplegando sus 1.200 metros de longitud a los pies de las montañas y en paralelo a la autopista. A priori, puede no apetecerte la idea de estar tumbado en tu toalla escuchando el murmullo de motores. Por eso, te proponemos un madrugar y un pisar su arena negra antes de que salga el sol. Para que cuando lo haga, estés en primera línea de amanecer. Si después del espectáculo, el cuerpo te pide un baño, en el extremo norte de la playa, te toparás con sus piscinas naturales.  

Las Alcaravaneras, para quienes hacen deporte 

Situada en el este de la ciudad, es playa de arena dorada y aguas tranquilas. Podría bastarte con llegar, estirar toalla y alternar baños de sol con los de agua. Sin embargo, la de Las Alcaravaneras es playa para quienes quieren dedicar un rato a pelotear en sus campos de vóley o lanzarse a probar alguna actividad náutica (en uno de sus extremos se ubica el Real Club Náutico y en su paseo marítimo son varios los negocios que ofrecen opciones).  

Las Canteras, belleza bajo el agua y disfrute en su orilla

Más de tres kilómetros de arena tostada, aguas cristalinas, mucha vida en su paseo y orientación oeste, lo que la pone especialmente guapa al atardecer. Aquí, el espectáculo empieza bajo el agua. ¿El motivo? La Barra, el arrecife que separa el océano de la playa, garantizando la tranquilidad de sus aguas y una interesante y colorida vida submarina. Puede descubrirse tirando de esnórquel o buceando. Creemos que no es posible cansarse de sumergirse bajo el agua en busca de belleza, pero también que en algún momento querrás reponer fuerzas. El descanso, en su orilla; y el darse un festín, en alguno de los restaurantes que salpican su paseo marítimo.  

La Cícer, para amantes del surf 

Las aguas de Las Canteras son de natural tranquilo hasta que se llega a su zona sur, a lo que se conoce como La Cícer. Allí, la ausencia de arrecife, hace que cobren un poquito más de movimiento. El necesario para disfrutar de horas de surf, especialmente si eres principiante. Los expertos locales en esto de subirse a la tabla suelen dirigirse todavía más hacia el sur, al otro lado del Auditorio Alfredo Kraus. Allí, se encuentra el Lloret, accesible a pie desde Las Canteras. Pregunta y que te cuenten cómo es su ola.  

Coordenadas para la tranquilidad en otros puntos de la isla 

No decimos que te alejes de Las Palmas si no te apetece, solo te comentamos que, si prefieres lugares menos concurridos, se nos ocurre alguna que otra playa donde encontrar esa calma que buscas. Te hablamos, por ejemplo, de Playa Montaña de Arena, en el sur. Custodiada, como su nombre ya nos chiva, por una montaña de arena, el acceso a ella resulta algo complicado. Merecerá la pena: al final del camino, una playa virgen, aguas cristalinas y apenas gente. En el oeste, la de Güigüi es de esas playas situadas a los pies de grandes paredes de piedra. Te costará llegar a ella un par de horas a pie o un rato en barco desde Mogán. Te dará la bienvenida un Atlántico soberbio.  

Dónde dormir 

Imaginamos que no querrás alejarte mucho del mar y de la calma que transmite. Por eso, nuestros hoteles en Las Palmas de Gran Canaria tienen muchos puntos para convertirse en tu refugio perfecto durante una estancia en la isla. No, no exageramos, solo te diremos que desde la piscina que el Sercotel Playa Canteras tiene en su rooftop es posible contemplar cómo el Atlántico se mece. Desde el Sercotel Parque Las Palmas también podrás ver el mar y saber que tan solo 10 minutos de paseo te separan de él. Desperézate, baja a disfrutar de un desayuno delicioso y sal a vivirlo.