Madrid con niños: 8 planes para vivir la ciudad en familia
Puede que Madrid no tenga playa, pero sí tiene un río cuyas orillas son un hervidero de columpios, zonas verdes y fuentes en las que refrescarse; unas cabinas que sobrevuelan parte de la ciudad animando a descubrirla desde el aire; vecinos ilustres como el Señor Ratón Peréz; cambios de guardia tan solemnes como los que se hacían allá por el siglo XIX y un buen número de experiencias más pensadas todas ellas para exprimir este destino en familia.
Visitar Gotham City, abrazar a Bugs Bunny o sentir que vuelas como Superman
El mundo Warner Bros cobra vida en este parque temático situado a unos 30 kilómetros del centro de la ciudad. Cine, dibujos animados y superhéroes se dan cita en el Parque Warner Madrid, donde lo mismo podréis disfrutar de un espectáculo, que sentir una descarga de adrenalina en alguna de sus montañas rusas o entrar en las casitas de los personajes de la factoría. Opciones para todas las edades que se reparten entre cinco áreas temáticas: Cartoon Village, dedicada a los adorables Looney Tunes; Old West Territory, donde el oeste americano se convierte en una realidad; DC Super Heroes World, el lugar en el que entenderéis que Gotham City o Metrópolis existen; Movie World Studios, que recrea un estudio de cine californiano; y Hollywood Boulevard, para que saquéis a pasear la estrella de cine que lleváis dentro.
Ver Madrid desde el aire
El teleférico lo integran esas cabinas que llevan desde 1969 desplazándose por el aire gracias a un sistema de transporte bicable. Parten del Paseo de Pintor Rosales y llegan a la Casa de Campo. O viceversa. El trayecto de 2.457 metros se realiza en tan solo 11 minutos, tiempo más que suficiente para contemplar a lo lejos el Palacio Real, la Catedral de la Almudena, el Faro de Moncloa, la Torre Picasso, las Cuatro Torres, el Teatro Real y el Edificio España. A vuestros pies fluirá el río Manzanares. Tomar como destino la Casa de Campo significará que llegaréis a un bosque de 1.535 hectáreas dispuesto a ofreceros zonas sombreadas para hacer un picnic, un lago rodeado de restaurantes con terraza y senderos por los que planear excursiones. Algunos de ellos os conducirán hasta miradores naturales, restos arqueológicos y puentes históricos. Y sí, también os harán llegar al Cerro de Garabitas, ese por el que cuentan que se dice aquello de “De Madrid al cielo”.
Contemplar de cerca la vida salvaje
En el distrito de Vicálvaro, al oeste del centro de Madrid, encontraréis una jungla. Y también un bosque templado, otro africano y los polos. En realidad, encontraréis Faunia, un espacio temático y natural, hogar de más de 1.200 animales de unas 152 especies. Cuatro ecosistemas y 15 áreas temáticas concebidos para recrear lo más fielmente posible los hábitats de sus moradores entre los que se encuentran lémures Rufos Rojos, manatíes antillanos, arañas comepájaros rosas, canguros rojos, leones marinos…
Aprender de las estrellas
Sí, en Madrid también. A pesar de la contaminación lumínica. Y es que el Planetario despliega en sus instalaciones proyecciones, exposiciones y talleres pensados en muchos casos para un público familiar. La estrella del centro es, sin duda, esa enorme sala de proyección con una pantalla semiesférica de 17,5 metros de diámetro. El universo cobra forma a unos metros de vuestra butaca. Además, los fines de semana organizan talleres infantiles de una hora de duración. La introducción a la astronomía comienza con actividades como Pequeños Astrónomos 2.0 (niños de 5 a 8 años) y El Camino del Sol (niños de 9 a 12 años).
Disfrutar de unas horas o de todo un día de cultura museística
No es solo que los museos organicen talleres y actividades varias para los más pequeños de la casa, es que, por su naturaleza, muchas de estas instituciones les dejarán con la boca abierta. Es el caso del Museo de las Ilusiones y los juegos a los que se prestan sus instalaciones; de Sweet Space, espacio en el que arte y dulces se dan la mano para crear experiencias interactivas; del Museo de Ciencias Naturales con sus impresionantes esqueletos de dinosaurio; del Museo Naval y esas delicadas y cuidadas maquetas que despertarán la admiración de los más curiosos; del Museo del Aire con una exposición de aeronaves que van desde los aviones de caza hasta algunas piezas históricas, pasando por los de acrobacia; o de la Casa Museo del Ratón Pérez. Porque sí, en algún sitio tenía que vivir y resulta que lo hace a un paso de la Puerta del Sol.
Descubrir que Madrid es ciudad de parques
Y descubrir también que quizá no queráis salir de ellos. Es normal si tenemos en cuenta los universos que albergan en su interior. El Retiro es ese espacio verde, bien de jardines, de parterres y de fuentes, donde alquilar una barca para remar bajo la atenta mirada del monumento a Alfonso XII, desde el cual, de paso, se puede contemplar todo Madrid. El Templo de Debod cuenta con un auténtico templo egipcio del siglo II a. C que puede visitarse. La zona de juegos de la Plaza de España despliega columpios de gran altura y toboganes de formas imposibles que dotan de gran velocidad, y por tanto de diversión, cualquier descenso. La Quinta de los Molinos es el lugar al que peregrinar especialmente en primavera, cuando sus almendros florecen y todo se tiñe de blanco. Y qué decir de El Capricho. No es solo que en sus dominios vayáis a encontrar un búnker de la Guerra Civil en el que se puede entrar en determinados momentos del año, es que además hay templetes, ermitas, fuentes, plazoletas y hasta el palacio de los Duques de Osuna.
En Madrid no hay playa, pero podéis pasear por su río
No es el más caudaloso que veréis en vuestra vida, pero el Manzanares y sus aguas cumplen diariamente con su cita con la ciudad, poniéndose especialmente interesante en el sur, donde encontraréis lo que se conoce como Madrid Río. Desde el Puente de los Franceses y hasta la zona de Matadero, este enclave que se extiende en paralelo al cauce cuenta con áreas infantiles con columpios elaborados con materiales sostenibles y adaptados a diferentes edades, una zona con toboganes gigantes, un espacio para el patinaje y el skate, chiringuitos para reponer fuerzas y mucho césped para descansar.
Ver el cambio de guardia en el Palacio Real
Es como viajar en el tiempo. El más espectacular, el Relevo solemne, se celebra el primer miércoles de cada mes (salvo en enero, agosto y septiembre) y se desarrolla de la misma forma en que se hacía en la época de Alfonso XII y Alfonso XIII. Unos 50 minutos de espectáculo que comienzan con la revista de tropas en la plaza de la Armería y terminan con el desfile de la guardia saliente, previo paso de lanceros, alabarderos, compañías de fusiles… Además, todos los miércoles y sábados, en la Puerta del Príncipe tiene lugar el cambio de guardia de la Guardia Real en el que dos centinelas de palacio a pie y dos a caballo realizan un relevo cada 30 minutos con las marchas militares que marcan un pífano y un tambor.
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